La iglesia visigoda de Santa Lucía del Trampal, se encuentra en Alcuéscar, un municipio de la provincia de Cáceres. Ésta iglesia fue construida en el siglo VII y es un ejemplo singular de arquitectura visigoda. Era la basílica de un desaparecido monasterio situado en Alcuéscar y es la única edificación de época visigoda que se conserva en pie en el sur de la península. Está construida con piedras rectangulares, labradas por varias de sus caras, llamadas sillares. Como se edificó sobre antiguas construcciones romanas, más de cincuenta sillares mantienen inscripciones de esta civilización. La iglesia cuenta con una planta basilical con tres naves muy estrechas, separadas por pilares que ya no existen, un estrecho pasillo central que comunica con un crucero y tres cabeceras rectangulares llamadas ábsides.
A un lado y a otro de las naves, hay habitaciones adosadas. El estrecho pasillo ante el crucero, el cual está cerrado por canceles, era el lugar del coro y el crucero, el lugar de comunicación entre los ábsides y dicho pasillo. Los muros de los ábsides son independientes, con lo que los espacios entre ellos generan tramos en el estrecho pasillo, que se prolonga más allá de éstos y que cuenta con siete tramos. Los dos tramos intermedios y los dos extremos se cubren con bóveda de herradura, mientras que en los tramos frente a los ábsides, los muros se prolongan por encima de las bóvedas descritas anteriormente. La bóveda del crucero está reforzada con arcos fajones de herradura que junto con los arcos de entrada en cada ábside formarían los arcos torales que soportaron los cimborrios (construcciones en forma de torre) que ya no se conservan. Las columnas situadas debajo de cada arco tenían un carácter ornamental.
A un lado y a otro de las naves, hay habitaciones adosadas. El estrecho pasillo ante el crucero, el cual está cerrado por canceles, era el lugar del coro y el crucero, el lugar de comunicación entre los ábsides y dicho pasillo. Los muros de los ábsides son independientes, con lo que los espacios entre ellos generan tramos en el estrecho pasillo, que se prolonga más allá de éstos y que cuenta con siete tramos. Los dos tramos intermedios y los dos extremos se cubren con bóveda de herradura, mientras que en los tramos frente a los ábsides, los muros se prolongan por encima de las bóvedas descritas anteriormente. La bóveda del crucero está reforzada con arcos fajones de herradura que junto con los arcos de entrada en cada ábside formarían los arcos torales que soportaron los cimborrios (construcciones en forma de torre) que ya no se conservan. Las columnas situadas debajo de cada arco tenían un carácter ornamental.
Estructura de la iglesia
En la nave central de la iglesia
Arcos de herradura y ventana en el crucero
A
pesar de que la iglesia de Santa Lucía del Trampal siempre ha estado a la vista
y era conocida por la gente del lugar, fue descubierta como edificio singular
por D. Vélez Sánchez en 1974, pero no se le dio la importancia que merecía.
Seis años más tarde, gracias al profesor D. Juan Rosco Madruga y
a su esposa Dª Luisa Téllez, este monumento fue considerado como tal.
Por aquel entonces, la iglesia era una ruina y estaba a punto de hundirse
definitivamente como le ocurrió a la iglesia de Santiago, situada a unos
quinientos metros de ella. Los sillares de esta última, se utilizaron para
restaurar la fachada de la parroquia de Alcuéscar. La iglesia de Santa Lucía
del Trampal pertenecía al Clero hasta el año 1835, que pasó a manos de
particulares y cuando se abandonó, fue saqueada. A mediados de este siglo el
edificio se utilizaba como establo de ganado y cobijo de campesinos. En su
entorno también han sido hallados epígrafes, lápidas e inscripciones.
Santa Lucía
del Trampal antes de su restauración
Desde
el momento de su descubrimiento, las autoridades se preocuparon por su
recuperación y conservación. Por ello la Junta de Extremadura la declaró Bien
de Interés Cultural, figura legal que protege el monumento y su entorno.
Adquirió una parte del terreno en que se encuentra y financió la investigación,
excavación arqueológica, estudio y finalmente su restauración. Esta última se
llevó a cabo durante varias campañas entre 1984 y 1990 por Juan Rosco y Luis
Caballero Zoreda. Santa Lucía del Trampal fue declarada Monumento Histórico
Artístico en 1993.
En
la actualidad se encuentra en muy buen estado, que permite conocer su
estructura original y ha alcanzado mayor popularidad.
Vista de los tres ábsides pertenecientes a la iglesia
A escasos metros de Santa Lucía del Trampal
Apoyada en el ábside central
Con mi hermano Fernando cerca de la basílica
De nuevo con mi hermano al lado de los sillares de la iglesia
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